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La casita de la Tía Matea es una casa rústica de piedra y madera, con todas las comodidades. La casa tiene dos plantas, un patio con barbacoa, garaje, y una estupenda terraza desde la que podéis contemplar un cielo estrellado impresionante. Es ideal para escapadas al campo en las que busquéis un ambiente tranquilo y acogedor. También para pequeños grupos familiares da un servicio excelente para estancias más largas durante las vacaciones, en un pueblo en el que los niños pueden jugar libremente como hacíamos antes….

En la planta superior hay dos grandes habitaciones, la principal, muy amplia, con una cama de 1.50, un pequeño vestidor. La otra habitación tiene dos camas, una de 1.35 y otra de 90. Esta habitación, es abuhardillada, y muy luminosa.

Adicionalmente, hay un baño completo (con bañera) en esta planta.

El suelo de todas las habitaciones es de tarima maciza, las paredes de piedra…. Todo ello se conjuga en un ambiente muy acogedor.

En la planta baja hay un amplio salón, con chimenea, dos sillones y una mesa de comedor. El salón cuanta con tv, y es muy luminoso. A través de unas amplias puertas de madera da al patio de la casa, que cuenta con barbacoa. Anexo al salón hay otro baño con ducha y la cocina.

La cocina cuenta con vitro, nevera, microondas, lavadora, y lavavajillas. Así mismo, si os gusta la cocina tradicional, también tiene una cocina “Bilbao”, de leña donde podéis, si queréis, cocinar  a la antigua usanza, lentamente, al amor de la lumbre.

Por supuesto, la casa cuenta con una potente calefacción, y toda la leña que necesitéis para la chimenea y la barbacoa.

Si fuera necesario, la casa dispone de un anexo con una habitación de invitados con su propio baño, independiente del edificio principal. Esta habitación de invitados, es muy amplia, situada sobre el garaje, a la que se accede a través de una enorme terraza. Esta habitación cuenta con una cama de 1.50 y un baño en la misma habitación. El techo es de gruesas vigas de madera de pino macizo, y a través de la terraza hay unas vistas preciosas de la iglesias por un lado y por el otro de una antigua ermita románica situada en lo alto de una colina que domina el pueblo. En las noches sin luna, el cielo estrellado es impresionante.

Si no queréis molestaros con las comidas, os recomendamos el cochinillo de Marciano, que cría el mismo y asa en su horno de barro con leña. Está delicioso. Por supuesto, que siempre podéis usar la barbacoa de la casa. Nosotros os damos toda la leña que necesitéis. También hay un bar con muy buenos pinchos, en el centro cultural San Isidro, y que sirve comidas a domicilio, con una excelente relación calidad precio.

¡¡¡¡Os esperamos!!!!